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Historia de mi adicción a Google.

skynet-googleMi primer cuenta de correo, como muchos otros, inició en hotmail, cuenta que probablemente siga por ahí, convertida en msn, live, outlook o como quiera que se llame hoy el servicio de correo de Microsoft, que algún día llegó a dominar y dominarnos, hotmail era sinónimo de lo que hoy es gmail.

Este mes cumplo 29 años de andar esquivando a la catrina y curiosamente este mismo mes cumplo 10 años utilizando GMail, lo cual me ha puesto a pensar en dejar adicciones y malos vicios conforme me acerco a los 30, y no nada mas hablo del tabáco, alcohol y apatía sino también de los vicios y mañas electrónicas que he adquirido durante este lapso de 10 años, Google siendo en este caso como la heroína; altamente adictiva y prácticamente accesible en todos lados.

Grátis es bueno

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Hotmail, el primer correo de muchos

Mi primer cuenta de correo me la «abrió» un amigo, por allá por 1998. Yo no tenía Internet, ni siquiera computadora, así que lo natural fué hacerlo en un cybercafé. Suerte la mía que, siendo un «señorcito» como cariñosamente me dice mi señora esposa, no decidí utilizar algun nombre de usuario ridículo en la cuenta, esos que balconeaban nuestros peores gustos musicales, básica ortografía o la imperante necesidad de mostrarnos violentos o matones, todo, obvio, propio de la pubertad y totalmente justificable.

En realidad yo no sabía para que necesitaba una cuenta de correo electrónico. Simplemente estaba ahí, para cuando fuera a serme útil. Eventualmente el Internet comenzó a ser cosa seria en México y le agarré el hype. Para entonces yo seguía utilizando mi teléfono de casa para comunicarme o bien, el viejo truco de ir a tocar la puerta de con quien se desea charlar, llámenme retro, hipster o pobre, pero así eran las cosas aún hace 15 años.

Aunque tuve la fortuna de tener acercamiento con Internet y la tecnología desde temprana edad, el uso de dicha tecnología era por puro placer, es más, era cosa de nerds: correo, chat, buscadores. Todo esto era más como otro juguete nuevo. Recuerdo que mi primer teléfono celular fue un Motorola StarTac aunque era «análogo«, ese con la pantallita de LED‘s o foquitos naranjas o verdes. Para entonces, si mi memoria no me falla, Telcel ni siquiera soportaba mensajes SMS así que la novedad era poder simplemente hacer llamadas sin tener que usar el teléfono de tu casa o bien un teléfono público, esos que ahora solo son relevantes para merchandising de Dr Who. Es decir, el teléfono celular en realidad se había convertido en una herramienta de comunicación real, útil y novedosa, el correo, bueno, el correo seguía siendo un juguete, al menos para mi.

Conforme el uso de correo electrónico se volvió común entre mocosos también mi interés por integrarlo a mi vida personal aunque, honestamente, teniendo 15 años, no esperaba recibir demasiados mensajes de trabajo, si acaso chismes propios de amigos y una que otra noticia de sitios web que visitaba con frecuencia. Uno de los usos más comunes y que, tristemente sigue vigente, era enviar fotos por correo, a diferencia de hoy claro, aquellas eran scans de papel fotográfico, esas que si no les dabas un trapazo, mostraban «pelitos» en el archivo.

Mi odio hacía Microsoft del momento (actitud revolucionaria también propia de mi pubertad), empresa que era ahora dueña de hotmail, y las crecientes dificultades técnicas y limitaciones del servicio me hicieron considerar «migrar» mi correo electrónico a otro proveedor. Hubo algún momento donde Hotmail ofreció solamente 5Mb de almacenamiento para sus cuentas, es decir, nada, zero, vacío.

Las opciones que tenía eran básicamente dos: buscar un proveedor de servicio gratuito como yahoo, lycos, etc. o bien montar mi propio servidor de correo, para entonces mi conocimiento me lo permitía, y después de unos meses de probar tanto yahoo como operamail decidí que la mejor opción era… hotmail!

Había algo que simplemente no me cuadraba con los demás servicios, Perdoné las pobres funcionalidades de hotmail, el creciente SPAM en mi bandeja y el irrisorio tamaño permitido en la bandeja, era una especie de relación masoquista. Aun con esto, un buen amigo, Ángel, me concedió una cuenta de correo gratuita en su servidor «linuxreal.org» la cual utilizaba para cosas ajenas a amigos y familia, es decir mantenía dos cuentas de correo.

Al final terminé varios años con esta modalidad dual de correos porque bueno, «nothing beats free» ¿Cierto?

El ocio es la madre de todos los vicios

MSN Messenger, culpable de nuestro ocio por años
MSN Messenger, culpable de nuestro ocio por años

Una de las razones por las cuales se volvió popular el uso de hotmail fue por la dominancia atróz con la que contaba Microsoft en el mundo de la tecnología, especialmente en México, donde todos teníamos para entonces el mismo ISP o proveedor de acceso a Internet: Telmex. Si bien para los del noroeste es Telnor, esta compañia es parte del mismo corporativo, o sea solo con un nombre diferente. Comento lo del ISP porque en realidad en lugares más «desarrollados» (o sea en gringolandia) era común utilizar los servicios agregados del propio proveedor, por ejemplo, si contratabamos Internet con America OnLine, la infáme compañia de los CD’s que salían hasta en el cereal, nos proveía de una dirección electrónica de correo, como parte del servicio, y cuando el Internet apenas comenzaba a comercializarse el servicio de correo podía llegar a costar una buena cantidad de dinero así que no era extraño hacer uso de los mismos de manera gratuita que ya incluía el paquete de acceso a Internet. Es así como se dividió el uso entre varios proveedores: AOL, Excite, MSN, Yahoo, etc. Sin embargo en México, al ser un país con una «unioferta» de acceso a Internet, era solo cuestión de tiempo para que lo que sea que la maquinaría de esta empresa del señor Slim nos ofreciera sería lo que nos teníamos que tragar sin chistar. Es así como esta mezcla entre Microsoft, lider indiscutible de la industria, por aquellos años del punto com, y Telmex, lider y también monopolio propio de nuestro país, crean una sinergía llamada T1MSN, nacía pues una alianza entre los dos que a lo largo de unos años haría crecer el uso no solo de hotmail sino del servicio de mensajería instantanea «MSN Messenger» como una locura total y bueno, lo demás creo que es historia conocida.

Fue así como eventualmente creo que la mayoría del mercado mexicano terminamos no solo utilizando Hotmail sino su servicio de mensajería instantánea, que digo utilizando, dependiendo de el! El hecho de poder ahorrarse dinero en llamadas telefónicas que no eran ilimitadas y sobre todo poder «mensajear» a diestra y siniestra era bastante atractivo, sobre todo para el público más joven, como yo para entonces. Aun hoy en día creo que el target principal de las aplicaciones modernas de mensajería como line, whatsapp, facebook messenger y otros siguen siendo los adolescentes.

En determinado momento «hotmail» se volvió sinónimo de correo electrónico, los menos, utilizaban yahoo, quizá solo esas primeras generaciones que realmente vieron el nacimiento de Internet. Los que aún seguíamos su crecimiento, indiscutiblemente, eramos parte de la pandilla de Microsoft. No recuerdo haber tenido algún contacto que tuviera una dirección diferente o terminase con algo que no fuera @hotmail.com si acaso los que tenían una con terminación de dominio español: hotmail.es y los menos, sobre todo mis contactos del «otro lado» con direcciones de yahoo.

Para entonces, y a pesar del éxito global de Microsoft con ambos productos (logró desterrar a por ejemplo a ICQ, el de la florecita y el sonido chillante, como plataforma de mensajería instantanea y matuvo a yahoo messenger siempre a distancia) se descuidó de un negocio que parecía no importarles mucho: la búsqueda. Google se había convertido en una de las empresas que pintaban para darle guerra al grande, con una actitud fresca, jovial y hasta cierto punto desafiante. Era fácil identificarse con esta, sobre todo cuando el motto de aquel tiempo, sobre todo para los nerds como yo, era «amo odiar a Microsoft«.

Muerto el rey, viva el rey

All your trust are belong to us!
All your trust are belong to us!

Después de unos agitados años de frenesí bursátil y de la recuperación después de la caída de prácticamente el 80% de las empresas de Internet después del fiasco de la denominada era de las punto com, todo comenzó a normalizarse y aquellas empresas que habían sobrevivido dicha crisis comenzaron a visualizar otros horizontes y otras posibilidades. Había nuevas tendencias: blogs, las primeras redes sociales, colaboración en contenidos, video en línea, etc. Microsoft no solo dominaba el servicio de correo y mensajería, estaban conscientes de ello y, como suele suceder en tales casos, descuidaron su negocio pensando que nadie mas podría competir con ellos. Las ideas poco innovadoras y sobre todo la actitud de nula retroalimentación hacía sus productos o como dicen vulgarmente «No oigo soy de palo» alentaron a otras a creer lo increíble: desbancar al grande del mercado de Internet y aunque parecía complicado no era imposible pues Microsoft seguía enfocándose en su línea de productos premium orientados sobre todo al escritorio: Windows, Office, etc. Esto no solo invalidó la presencia de Microsoft en el Internet rápidamente sino que lo convirtió en un espectador más, a la sombra de otras empresas mas jóvenes y con mejores propuestas para un mercado que aun desconocía que quería pero sabía lo que NO quería.

Con la compra de blogger y la introducción de GMail parecía que Google era la empresa que efectivamente venía no solo a darle en la madre al gigante sino que además lo haría de una manera tan innovadora y accesible que era imposible resistirse al cambio, resistencia que había permitido a Microsoft mantener el control hasta entonces. Cuando me enteré que el servicio de correo de google no solo ofrecería 1Gb de almacenamiento que para entonces era una cantidad monstruosa sino que también ofrecería una interfaz renovada para redefinir como utilizábamos el correo electrónico, la herramienta que, además de la mensajería instantánea, era el elemento más importante de nuestras vidas en «la matrix«, decidí dejar de utilizar hotmail. Simplemente era algo tan passé, tan retrógrado y aburrido. El beso en la boca y hotmail eran cosa del pasado, la nueva moda ahora era gmail y claro, enamorar pelado. Después de conseguir una invitación al servicio en su fase beta por fin tuve la oportunidad de experimentar un servicio que realmente disfrutaba: no solo era útil, era un placer.

Crónica de una adicción

Eat moar googles!!
Eat moar googles!!

El servicio de correo de google era tan increíblemente bueno, rápido y eficaz que simplemente pensar en utilizar un cliente de correo como Outlook o una herramienta de «PIM» estaba simplemente fuera de discusión. Conforme Google creció monetariamente, también sus adquisiciones a lo largo de los años, de servicios que son sinónimo de Internet en estos días: Blogger, Youtube, Maps, Picasa, Analytics, Android, Panoramio, Google Docs, Feed Burner, Chrome y un centenar, literalmente, de empresas pequeñas o medianas las cuales son ahora parte de su ecosistema. Si bien en un momento Microsoft dominó el correo electrónico y la mensajería instantánea ahora Google dominaba la información, o cualquier herramienta propia para administrarla, es decir, comenzaba a dominar Internet, palabras más palabras menos.

A pesar de seguir ofreciendo sus productos prácticamente gratis y seguir enfocados en escuchar a sus clientes había ya quienes, como locos paranoicos, prevían un giro de la empresa de Mountain View hacía algo digno de una historia de Orwell: control total de nuestra información y nuestra aceptación de ello a pesar de todo, al final funciona para nosotros, y también para ellos.

Pagábamos y seguimos pagando el precio de la comodidad a cambio de «un poco de nuestros datos». A mi personalmente la integración de todo el ecosistema de Google me pareció siempre el «killer feature» y es lo que me ha mantenido utilizando sus productos. A pesar de los tropiezos que tuvieron a lo largo de los años como «Google Buzz», «Wave» y el aun lánguido y necio Google +, sus productos siguen no solo siendo vigentes sino que además son líderes de mercado. Quien diga lo contrario miente, sobre todo ahora que hay más smartphones en uso que computadoras. Incluso cuando aun Apple dominaba este sector con el iPhone, Google ya era líder en la administración de la información. No recuerdo a ninguno de mis amigos, familiares, o conocidos utilizando equipos de la manzana con correos diferentes a GMail, si bien el hardware es de Apple, la infraestructura para el manejo de la información que hace «inteligente» al aparato es, «con vuestro permiso«, como dice Cerati, de Google.

Cuando adquirí mi primer «smartphone» el cual sea de paso fue con Android, obtuve lo que nunca con ninguno de mis teléfonos anteriores: Una oficina móvil. En realidad nunca me preocupó demasiado poder tener acceso a mi correo, calendario, tareas y contactos desde el teléfono o quizá no había evidenciado el potencial de ello: poder contestar correos, agendar citas y revisar documentos desde el pequeño dispositivo no solo me ahorraba tiempo, también dinero, dinero traducido en costos de transporte hacia casa u oficina o cualquier lugar donde tuviéramos un equipo de cómputo estático y el simple hecho de poder tener control de nuestra información donde quiera que estemos es una oferta que no podemos rechazar. Por otra parte, y aunque particularmente no tan importante para mi, pero las aplicaciones de ocio, o sea «el pinche face y el tuiter» nos sirven para matar el tiempo, sobre todo ese «tiempo muerto» en lo que esperas la comida, el camión, etc.

Para cuando decidí abrir mi primera aventura de emprendimiento llamado coloquialmente «empresa» o changarro pa la banda, sabía que debía tener herramientas de comunicación y colaboración listas incluso antes de empezar a buscar más clientes. Entonces pensé ¿Para qué molestarme en montar un servidor de correo, de calendario, un CRM…? Google Apps era gratuito entonces y simplemente ligando el dominio podría tener todos estos servicios administrados por alguien más, con una superioridad técnica a lo que el software instalable en un servidor tiene y sobre todo con una integración suprema entre dispositivos. Y así lo hicimos. Comenzamos a utilizar google apps para prácticamente todo lo que podíamos.

Conforme pasó el tiempo surgieron nuevas necesidades y eventualmente terminamos buscando que las herramientas para solucionar estas necesidades se adaptaran a los servicios de Google, y no del modo contrario, es decir, si la herramienta que analizaba para utilizar o implementar no podía acceder a mis contactos, a mi correo o manejar autenticación con mis credenciales de google entonces era, para mi, inferior. De ninguna manera pensaba volver a administrar los mismos datos en varios lugares. Había decidido ya, que ese lugar era Google y además, las herramientas «troncales» de colaboración e información y productividad eran ya superiores a las alternativas que podría tener como aplicaciones de escritorio. De ninguna manera cambiaría la interfáz y velocidad de gmail por un cliente de correo como Outlook o Thunderbird, la administración de contactos desde gmail era simplemente superior a un software de directorio o agenda personal y finalmente, para mi, que nunca he tenido necesidades complejas en software de ofimática (y que probablemente es el caso del 90% del mercado), google docs había reemplazado la paquetería de oficina como Microsoft Office o LibreOffice en linux. Simplemente poder compartir documentos y contar con colaboración en tiempo real era una característica que no podría tener con los productos más tradicionales. El evitar estar llevando «versionado» de documentos con títulos idiotas como «Presentacion de resultados (este es el bueno) 2009-06-20 V2-backup.pptx»  haría mi vida menos miserable y de nuevo me ahorraría tiempo. ¿Poder ver documentos de office anteriormente en un pequeño dispositivo? Casi imposible, ¿Verlos con google docs? Adelante!

Tocando fondo

En un aparente frenesí de placer causado por la facilidad, integración y calidad general de los productos del «pequeño buscador» terminé dependiendo casi completamente de su tecnología para administrar mi segunda vida, esa que llevamos en línea y que, aunque haya quien lo niegue, es parte fundamental de la otra:

  • Correo electrónico para asuntos laborales y personales con GMail
  • Mensajería instantanea tanto para equipo de trabajo como con familia: Google Talk
  • Un blog en blogger para transmitir ideas
  • Un smartphone con un sistema operativo controlado por google, con números y datos de contacto de familiares, amigos y colegas también, controlado por google
  • Administración de mis notas y tareas con google keep
  • Chrome, el navegador, y herramienta en la cual pasamos probablemente la mitad del tiempo cuando estamos frente a la computadora
  • Google Calendar
  • Drive, porque bueno, existe dropbox, pero ¿Si google ya lo tiene integrado, por qué no?
  • etc.

Pero no me detuve ahí, google era ahora también parte de mi vida personal, ya no hablo de comunicación o colaboración sea laboral o de puro placer. También integré a google a mi vida personal:

  • Google Maps para ubicarme
  • Chromebook, con un sistema también desarrollado por google, como mi «laptop» de ocio y herramienta ágil para juntas y notas
  • Google Chromecast, para volver inteligente a mi televisor
  • Google Music, para poder respaldar mi música, cuestión que considero de suma importancia en mi vida (la música, claro, no los respaldos) y que me permite poder escucharla donde sea que esté
  • Picasa (Ahora Google + Photos) para guardar colecciones de fotos

La necesidad de utilizar sus productos se volvió tan obsesiva que confieso estar inscrito a varios blogs acerca de tecnología de esta empresa: 9t5google, omgchrome, etc. Penoso, lo sé, pero en esta era de la información donde ser competitivo significa hacerlo más rápido, con más integración y de una manera más simple que los demás, utilizar cada vez más productos de esta empresa parecía una buena estrategia.

La aceptación

Tan pronto como cerré 42 Ideas, la empresa que casi 5 años atrás había iniciado con Alan, y que había sido testigo de mi creciente adicción por todo lo que apestara a google me di cuenta que tenía un problema. Llegaría a pensar que me preocupaba de sobremanera que haría con toda la «red de infraestructura y datos» que había, cariñosa y delicadamente, formado a lo largo de los años durante el tiempo de la empresa. Cometí el gran error de mezclar dicha infraestructura con mi vida personal ya que me parecía tedioso utilizar dos cuentas de correo, dos calendarios, dos agendas, etc. Al final sabía que lo correcto era dejar de utilizar cualquier cosa relacionada a la ya difunta empresa para seguirme comunicando, un «ya cerramos» no era suficiente, así que decidí intentar migrar toda esta información hacía OTRA cuenta de google, a mi antigua cuenta personal. Ahí comenzaron los estragos aparentemente.

Sabía que google había siempre pregonado que la información era nuestra y solo nuestra y que, en el remoto caso que decidiéramos dejarlos se nos proveerían las herramientas adecuadas para «llevarnos nuestras chivas«. Migrar mi información de mi cuenta empresarial de google apps a mi cuenta personal de google fue algo menos que divertido y me tomó bastante tiempo. Sobra decir que mucha de la información al final terminó exportandose de manera extraña o simplemente los pasos para poder volver a reintegrarla a otra cuenta de google me parecían tan tediosos y ridículos que tomé la decisión de ubicar lo que realmente era importante para mi y solo migrar eso. Lo extraño era que no estaba dejando el «barrio google«, simplemente intentaba mudarme a otra de sus casas, aunque me complicaron la mudanza.

Esto, aunado a la creciente filtración de documentos que demostraban que tanto google como otras empresas autorizaban el acceso a nuestros datos a intereses ajenos a los propios y de la misma empresa, me puso a reconsiderar todo. Verán, en realidad soy una persona con poca riqueza, secretos industriales relevantes o información clasificada. Creo que no tengo «nada que esconder» y soy una persona abierta, sin embargo, sí que prefiero dar mi autorización para divulgar esta información que aunque no es de vida o muerte, es mía.

Pero no solo una cuestión filosófica o de ética me hizo reconsiderar mi dependencia en los productos de google; recientes cambios técnicos como el uso de protocolos propietarios para el uso de Google Talk (ahora Hangouts) en vez de XMPP / Jabber, el requerimiento de google chrome para utilizar google keep de manera adecuada, la eliminación de soporte a formatos de documentos abiertos como OpenDocument y el aparente cierre de servicios por razones puramente comerciales terminó de convencerme que generé una relación de co-dependencia con la compañía y sus productos. Finalmente el cómo administrara mi información era decisión de alguien más y yo lo había aceptado, en una inocente y confiada búsqueda de protección me volví partidario de un monopolio, de una dictadura benevolente, un régimen de datos al que le dimos poder para salvarnos del dictador anterior.

El síndrome de abstinencia

Había un detonante necesario para  asegurarme que aquella idea «revolucionaria» y rojilla que rondaba por mi cabeza no era tan descabellada: ¿Qué pasaría si un día google decidiera terminar nuestra relación? ¿Qué pasaría si ellos decidieran que, mis datos, que yo acepté concederles, y que eran ahora de su propiedad también, no podrían ser accedidos de nuevo?

Aunque no sucedió algo tan trágico como en esta historia, tuve un mensaje divino, una advertencia, mi detonante pues: alguien tenía mi clave de google e intentó acceder a mi correo. Google me envió un mensaje a mi teléfono celular por medio de un SMS hace algunas semanas con un código de desbloqueo ya que habían detectado actividad inusual. Traté de iniciar sesión y me sorprendí al ver un mensaje que decía, traducido al español, más o menos lo siguiente:

Hemos detectado actividad inusual en tu cuenta por lo que ha sido bloqueada. Alguien intentó iniciar sesión con tu nombre de usuario y tu contraseña lo cual significa que alguien más conoce tu contraseña!. Es importante que realices un cambio de contraseña como medida preventiva.

Sobra decir de donde fue el inicio de sesión, lo importante es que era de un lugar bastante retirado de mi lugar de residencia y que obviamente no fui yo quien intentó hacerlo. Si bien el robo de la contraseña y entender como es que alguien pudo conocerla siendo que no era ni fácil ni suelo introducirla en dispositivos que no son mios (computadoras de otros, teléfonos, etc.) me tenía ansioso, lo que más me preocupó en ese momento fue el hecho de que prácticamente no solo los servicios de google utilizaban esta cuenta; la gran mayoría de los servicios en línea que utilizo, incluso aquellos por los que pago y donde tengo ligadas tarjetas de crédito, estaban ligados a la autenticación de google, ¿Qué hubiera pasado si, quien intentó robar mi cuenta, hubiera tenido éxito? Probablemente mi identidad en línea hubiera desaparecido también. No se trataba de un simple «me hackearon el facebook» o «mi novia cambió mi cuenta de correo«, era algo aun mas grave.

Acto seguido decidí no solo cambiar mi contraseña sino además desligar mi cuenta de google con la mayoría de los servicios en línea importantes para mi y en los cuales, por un aparente acto de pereza había configurado para utilizar la cuenta de google en vez de crear una propia del servicio. Una vez realicé esto tomé una decisión importante: era momento de probar si podría vivir sin google o por lo menos no depender de esta. Sabía que sería algo doloroso y que no disfrutaría, pero era necesario, al menos intentarlo.

El proceso de desintoxicación

He contado con el dominio ahivamos.net, donde hospedo este blog y otras cosas personales, como una cuenta de correo «pública» por alrededor de 10 años. Decidí buscar reemplazos para la mayoría de las tecnologías de google que utilizaba como parte de mi experimento pero que realmente eran importantes, entre ellas:

  • Servicio de correo
  • Calendario
  • Agenda
  • Notas
  • Documentos
  • Almacenamiento y respaldo
Owncloud "tu propia nube"
Owncloud «tu propia nube»

El primer paso fue adquirir un certificado de seguridad SSL para un subdominio que monté. Paso seguido me di a la tarea de instalar Owncloud en dicho subdominio, software para administrar «tu propia nube» y que, salvo la cuestión del correo que ya tenía solucionado con mi servidor de ahivamos.net, cubría todas mis necesidades. Acto seguido y después de algunas horas de configuración decidí tratar de integrar este reemplazo de google en mis múltiples dispositivos. El primero y siendo mi herramienta principal fue mi computadora. Utilizo Linux en mi escritorio principalmente y con el entorno Gnome, que afortunadamente soporta cuentas Owncloud para administrar nuestra información personal. De esta manera mas o menos pude reemplazar el navegador y parafernalia de google con aplicaciones nativas conectadas a mi nueva cuenta de owncloud.

Posteriormente seguirían mis otros dispositivos: Mi smartphone principal, con android y mi tablet nexus también con android. Después de algunas horas de investigar y de bastante lectura me dí cuenta que aunque era posible conectar a los servicios de Owncloud en ambos dispositivos, la experiencia de usuario no sería la misma, incluso algunas de las aplicaciones para sincronizar contactos y calendario deben ser compradas por separado (carddav y caldav) para lo cual no tengo problema, el problema o mi duda era ¿Por qué siendo Android un sistema operativo móvil open source no contaba con integración nativa con estas tecnologías? O al menos, de manera transparente como con los propios servicios de Google.

De la chromebook bueno, sabía que era un producto específicamente creado para ser utilizado con tecnologías google sin embargo, aun podía utilizar el navegador dentro de ella para acceder a mi cuenta de correo de ahivamos.net y a mi aplicación de Owncloud donde se pueden consultar calendarios, contactos, archivos, etc.

Al paso de dos semanas mi dí cuenta de lo que temía: las alternativas eran mucho muy inferiores a los equivalentes de Google:

Correo electrónico

Es prácticamente nuestra herramienta más importante, al menos para mi. La búsqueda de google dentro de su aplicación web, rápida y con filtros era algo a lo que me había acostumbrado y que no tenía en ningún cliente de correo nativo de escritorio. Mi otra cuenta de correo «ordinaria», al no ser de google, no cuenta con notificaciones push en dispositivos móviles así que aunque IMAP no deja de ser una tecnología estable y suficiente, parece anticuada comparada con utilizar gmail. Por otra parte, el filtro de SPAM de google es simplemente irreemplazable, no existe creo una herramienta más precisa para el control de correo basura que el propio de gmail. En mi caso, estaba forzado a utilizar SpamAssasin incluido en mi proveedor de hosting que si bien no es inútil tampoco es grandioso.

Por otra parte y buscando reemplazar la interfaz de gmail con algo similar en el escritorio probé Geary, un cliente de correo para Linux que promete mucho, y digo promete porque a pesar de ser mas o menos estable aun cuenta con muchos features por implementar y con algunos bugs mayores. En mi intención de realmente abrazar esta nueva alternativa incluso apoyé con algunos parches a la aplicación. Geary, aun cuando es un cliente nativo de escritorio, cuenta con una interfaz para visualizar correos basada en conversaciones, muy parecida a gmail, característica ausente en Evolution y Thunderbird, ambos software de correo electrónico estables y clásicos para usuarios de Linux que sin embargo se quedaron un poco atrasados en su funcionalidad conforme el tiempo ha pasado. Aunque me parece un software increíble y con mucho potencial, definitivamente está lejos de ser un reemplazo a gmail, para mi particularmente por dos cosas: integración con la agenda de contactos y con el calendario.

El segundo inconveniente con el correo fue accederlo fuera de mi computadora de escritorio principal, es decir, en cualquier otra. Aunque cuento con una interfaz de squirrellmail para ello que me permite acceder a mi correo de ahivamos.net desde un navegador, la experiencia de usuario es simplemente decepcionante, que digo decepcionante, es más arcaica que la de hotmail cuando apenas comenzaba a utilizar el servicio, de verdad, no exagero. Por ello tuve que invertir aun más tiempo en instalar en mi propio servidor un software de acceso a correo IMAP/POP3 (como ese que usan en tu empresa con outlook) llamado Roundcube que, aunque igual no reemplaza a gmail es mucho más placentero de usar que squirrellmail. Creo que ser golpeado por un Reno a una velocidad de 57 Km/h sería aun más placentero que utilizar squirrelmail. El problema aquí es que en realidad… no hay un problema. «El problema» del software de acceso a correo electrónico por medio de la web se resolvió hace años cuando google, yahoo, microsoft etc. superaron a estos otros, es decir, es algo que ya a nadie le interesa solucionar así que, salvo que utilicemos herramientas complejas de administración de información como Zimbra, ZoHo o similares, propias de entornos corporativos, tendremos que conformarnos con ofertas muy por debajo de la calidad de user experience los proveedores de correo electrónico que ya todos conocemos.

El Calendario

Esto mas o menos salió según lo planeado. Utilizando Owncloud es bastante fácil configurar un calendario el cual puede ser configurado por medio del protocolo calDav tanto en dispositivos móviles android (con el uso de apps de terceros) como en clientes de escritorio. La interfaz web de Owncloud para la administración del calendario, aunque es suficiente, es inferior a la de google. En realidad la mayor desventaja que encontré fue el hecho de no poder compartir eventos con otras personas como los «invites» propios de google calendar para quienes cuentan también con una cuenta de google y el hecho de que la oferta de software de escritorio para administrar calendarios, en linux al menos, es pobre, descontinuada o en el mejor de los casos incompleta. De nuevo, la integración del ecosistema google tanto entre sus productos como en dispositivos supera una solución diferente.

La Agenda

Owncloud cuenta con una implementación de carDav, otro protocolo abierto para acceso y administración de una agenda de contactos. En este caso la interfáz de Owncloud para ello, aunque funcional, es bastante pobre. Pareciera que, al menos en la versión 6 de dicho producto, se despreocuparon por crear una interfáz web práctica y fácil de usar. La modificación de datos de contactos en la aplicación web de Owncloud es simplemente horrible. Por otra parte, para la sincronización de contactos con android, de nuevo, es necesario una app de terceros, aun cuando es un protocolo abierto, android no cuenta con soporte nativo para ello.

Notas

Aunque no suelo ser fanático de los post-its y notas sí que las utilizo sobre todo para apuntes «rápidos»: claves de wifi, números de teléfono, recados y minutas de juntas. Regularmente termino pasando los datos de estas notas en un documento más formal si es necesario o bien simplemente eliminandolas cuando ya no las necesito. Owncloud de nuevo cuenta con acceso a una mini aplicación de «notas» en su interfáz web que son simples archivos de texto. Gnome 3 cuenta con una aplicación bastante simple llamada originalmente Bijiben (ahora gnome notes) que permite sincronizar las notas en linux con un servidor Owncloud. En realidad para este punto no hay nada de valor agregado que me diera google keep excepto por la aplicación móvil y he ahí el problema: la mayoría de las veces tomo notas desde mi tablet o smartphone así que tener acceso a mis notas desde ambos es imprescindible, afortunadamente existen aplicaciones de terceros que permiten sincronizar estas notas con Owncloud desde dispositivos android. Particularmente en este punto creo que google keep no me ofrece nada extra.

Documentos

Creo que la última vez que necesité de una suite ofimática como Microsoft Office para crear contenido fue en la escuela. En realidad mis necesidades para formatear documentos son muy básicas: alineación, colores de texto, imagen por ahí y por allá y el esporádico documento enviado por alguien que parece haber vivido en una piedra por los últimos 14 años y aún no conoce o no quiere entender el formato PDF. Aunque en este caso las necesidades son superadas por las alternativas a google, es decir Microsoft Office, LibreOffice y demás paquetería de escritorio, google sigue llevando una ventaja obvia para tiempos actuales: la colaboración. El no tener que estar enviando y reenviando revisiones de documentos entre correos de contactos y personas con las que trabajamos es una de las razones por las cuales google docs era imprescindible para mi. Simplemente se crea el documento, se comparte y se puede acceder prácticamente desde cualquier lugar donde se cuente con un navegador mas o menos moderno. Por otra parte, la colaboración en tiempo real dentro de un documento es otro de los features que aun al día de hoy no podemos realizar con paquetería de ofimática como Microsoft Office o LibreOffice y honestamente, no estoy dispuesto a pagar por Office 365 para ello. Owncloud en este caso ofrece en su versión más reciente una herramienta que permite «editar» documentos en formato ODT en tiempo real y desde un navegador, sin embargo, aunque es un intento honorable, es un desastre total. La velocidad es mala, las opciones de formato del documento son pocas, muy pocas y finalmente solo funciona en el navegador. No hay aplicaciones móviles para ello y la mayoría de productos incluídos al menos en Android no soportan los formatos OpenDocument como QuickOffice formato que sea de paso es el único que soporta dicha tecnología.

Almacenamiento y respaldo

Probablemente hace ya varios años que no respaldo prácticamente nada de mis discos locales. Todos mis documentos importantes estaban en google drive, si mi computadora, smartphone, tablet o cualquier otro dispositivo se perdía o se lo comía el perro sabía que tendría todo disponible de nuevo en «la nube«. Los únicos respaldos que me importan son de documentos personales, algunos de trabajo, mi colección de fotos, todas en picasa por cierto y mi sagrada colección de música. Para todos los casos, utilizar ya sea google drive, picasa o google music es no solo natural y fluido sino práctico y sensato. En este caso, reemplazarlo con Owncloud no fue difícil. Owncloud cuenta con soporte, de nuevo, para el protocolo abierto webDav que permite «montar» discos en red como locales y transferir archivos, además incluye claro, en su interfáz web, acceso a estos folders que nos permiten descargar o visualizar estos archivos. Compartir algunos de estos archivos o fotos no es extraordinariamente difícil, ya que Owncloud cuenta con una opción para compartir archivos por medio de un enláce público e incluso dar acceso público a las galerías de fotos, el problema de nuevo, es la integración. Google ofrece superioridad en este ámbito ya que por ejemplo los documentos ni siquiera existen físicamente, no debemos preocuparnos por administrarlos. Las fotos tomadas con mi smartphone o tablet se «respaldan» automágicamente y finalmente mi colección de música está accesible en todas partes. No es raro para mi estar trabajando en un lugar diferente a mi computadora principal y lanzar google music para escuchar música mientras realizo otras actividades, también lo puedo hacer desde la tablet, incluso «streaming» desde mi colección de música, videos y conciertos a cualquiera de mis televisiones con google chromecast. Aunque Owncloud puede ser extendido con algunas aplicaciones extras para poder escuchar los archivos de música, este no se incluye por default, y la única manera de hacerlo hasta donde pude investigar, desde la tablet o el smartphone es bajando los archivos desde mi instalación de Owncloud y abrirlos localmente lo cual significa que pierdo mis playlists y otras características. Y solo hay que ver los ratings y reviews de la aplicación oficial de Owncloud en el playstore de google para darse una idea de las incipientes capacidades con las que cuenta.

La cruda realidad

trainspotting-rentonA pesar de que pareciera que extendí demasiado mi experimento en realidad sinteticé lo más que me fue posible mi aventura. En estas dos o tres semanas que intenté vivir sin productos de google aprendí mas de lo que uno se pueda imaginar sobre capas de transporte HTTP, certificados de seguridad y otros temas inecesarios para un fin simple: facilitar la administración de mi información. Me considero, con suma humildeza y sin intención de engrandecerme, un usuario extremadamente avanzado y con conocimientos bastante profundos sobre todos estos temas y aun así, invertí una buena cantidad de tiempo en mi experimento. ¿Qué le espera a alguien que simplemente utiliza sus dispositivos para comunicarse, no tiene un doctorado en ciencias computacionales y busca independencia del cada vez mas adictivo ecosistema de google?: Caos, tristeza, miseria, decepción y aceptación.

Incluso me di a la tarea de investigar si el problema es la dependencia en los dispositivos móviles ¿Qué alternativas tenemos al hoy dominante android de google? ¿Apple, Microsoft? Hemos estado ahí, y sabemos que están cortados con la misma tijera. En el mejor de los casos Android supone un sistema operativo libre que sin embargo, es inútil sin los servicios de google. Llegué a pensar que podría darle una oportunidad a Firefox OS, estaba tentado a hacerlo, incluso Movistar y otros partners y fabricantes de equipo llevan una campaña fuerte para apoyar este nuevo y libre sistema operativo, pero el hecho de que adolezca de cosas tan simples como sincronización de contactos, búsqueda de personas para enviar correo o sincronización de algún tipo con algún servicio para evitar perder nuestros datos si perdemos el equipo me hicieron recapacitar: ¿Por qué retroceder 10 años por puros idealismos? La vida es corta, estoy casi en mis 30’s y prefiero invertir mi tiempo en otras cosas.

En verdad creo en un mundo donde nuestra información personal no sea prostituída y utilizada con fines no solo comerciales los cuales no autorizamos, sino incluso políticos, sin embargo, es casi imposible pelear contra la marea en un mundo donde prácticamente nos volvermos inútiles sin estas herramientas. Yo podría tolerarlo, mis circulos de nerds y colegas podrían también, pero colaborar con los «demás» sería practicamente una tarea masoquista. Es como tratar de vivir una vida «verde» en un mundo creado con carreteras para automóviles que utilizan combustibles derivados del petróleo; deseable, si, pero difícil, muy difícil.

Al final decidí claudicar y ser práctico: los productos de Google me ofrecen aun más de lo que puedo hacer sin ellos. Y aunque he tomado algunas medidas para aligerar mi adicción y utilizar otros productos ajenos a la empresa de Mountain View en la medida de lo posible, en mi cabeza sigue dando vueltas aquella escena de Trainspotting, reforzada por el poster colgando en mi pared:

But why would I want to do a thing like that? I choose not to choose life, I choose something else, And the reasons? There are no reasons. Who needs reasons when you’ve got heroin?

I’ve got Google, and I choose Google.

Publicado enCiencia y TecnologíaFrustracionesGeneralPolítica, Historia y Sociedad.

3 comentarios

  1. Emmanuel Gonz Emmanuel Gonz

    Que onda Gus.

    Técnicamente hablando no esperaba menos de tus razones para dejar ir a Google, creo que cuestionarlas seria algo absurdo porque en realidad en cada punto que tocas, tienes razón. Ademas, siempre he dicho que en cuanto a tecnologías de la información, hardware, etc. Todo es muy subjetivo, cuando me piden alguna recomendación, si, la doy, pero tambien trato de indicar que eso que recomiendo me gusta y me funciona a A MI, y no tendria que serlo para la persona que me lo solicita.

    Por otro lado, si me parece algo paranoico si lo veo de una forma muy general y no tan técnica, al menos yo, disfruto de esta integración, y la verdad, si husmean y hacen negocio con mis datos, no me interesa, mientras pueda seguir disfrutando de las características que siempre he amado de Google. Soy un tipo normal, claro que lo consideraria en dado caso de ser alguien de «poder».

    Claro, me arriesgo a que un día Google se vaya al carajo y los datos que le di, se pierdan, o algo así.
    Pero lo vemos en todos lados, todos los servicios o al menos la mayoría, pueden ser vistos desde la óptica que planteas, el caso aquí es creo la cantidad de diferentes servicios que confías a una sola empresa.

    Como te digo, es muy subjetivo, pero muy validos tus puntos. Esperamos un Post en algunos meses para que nos confieses como ha sido el cambio.

    Abrazo, Gus.

  2. […] da valor a una plataforma, sigue siendo controlado por la compañía. Lo ponía como ejemplo en un post anterior sobre google; el ecosistema android es libre en su mayoría, pero inútil sin los servicios de infraestructura […]

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