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Grim Fandango y reviviendo otros muertos

Leía entre mis noticias hace un par de días sobre el remake de «La Bella y La Bestia» de Disney que protagonizará Emma Wattson y en dicho artículo de titulado «Why Is Disney Trying So Hard To Dilute it’s Brand?» (que traducido sería mas o menos algo así como «¿Por qué Disney se esfuerza en desaparecer su escencia?«) me llama la atención lo siguiente:

News of a Beauty and the Beast remake indicates that the corporation is less and less worried about approving unoriginal products as long as they’re guaranteed moneymakers.

¿Se trata entonces del simple hecho de repetir fórmulas probadas en vez de intentar evolucionar en el medio del entretenimiento? Difiero y estas son mis razones.

Solía haber un tiempo en el que las películas eran buenas, MTV ponía buenos videos musicales y en general la industria del entretenimiento valía la pena.

Lo anterior es uno de los comentarios mas comunes y latosos que escucharemos de cualquier persona pasada de sus 30’s. Es normal, es natural y es parte de la adultéz. Cuestión melancólica más guiada por puro sentimiento que por otra cosa.

A veces cuando me preguntan si he escuchado alguna canción en el radio de alguna nueva (o no tan nueva banda) suelo responder con un inocente y penoso «no, no me suena» y es que hace ya un tiempo que dejé de escuchar radio y simplemente cargo con mi colección de música para todos lados, ya sea en mi carro, en mi teléfono, en mi computadora, etc.

Inicialmente uno pensaría que la razón es porque la «nueva música» no es de mi agrado o me parece de poca calidad, sin embargo conforme he ido analizando el asunto me he dado cuenta que no es que esté cerrado a «nuevas propuestas», es simplemente que lo que suelo escuchar es demasiado bueno para no escucharlo una y otra vez. Con algunas excepciones, pocas veces un disco nuevo o película contemporánea a marcado mi vida de manera que necesite volver a escucharla o verla de nuevo, sin embargo, eso no necesariamente significa que esta nueva música, o estas nuevas películas sean de mala calidad.

Me gusta pensar que me «he enamorado de los clásicos», es decir, ¿A quién no le gustó Volver al Futuro? Cuando la primera entrega de esta saga salio al cine yo probablemente estaba en los brazos de mi madre, y mucha de la música que escucho se hizo cuando ni siquiera había nacido, decir que estos elementos artísticos me agradan porque son de mi generación sería hipócrita de mi parte, lo menos.

¿Cómo es que le tomé gusto a Los Beatles, Led Zeppelin, Hall & Oates Star Wars, Back To The Future, etc.? Bueno, porque simplemente son demasiado buenos para pasar desapercibidos. Y habrá quien no guste de estas bandas o de las mencionadas películas, pero para un grueso de la población simplemente son joyas, tesoros, patrimonio y debe compartirse tras generaciones tal como otras expresiones artísticas como la literatura, la pintura, etc. Simplemente se vuelven clásicos.

Dentro de estas expresiones artísticas existe un nicho que comparte, particularmente, la misma crítica que el cine y que la música para quienes lo consumen: Los Videojuegos.

Podría autodeclararme si bien no necesariamente un gran jugador si una persona que creció con la evolución de los mismos; desde NES con juegos clásicos como Mario, Contra, «El de los patos» hasta consolas actuales. Crecí con arcades o «maquinitas» como les decimos en muchos lugares pero en realidad nunca me convertí en fan ni jugador empedernido salvo por honrosas excepciones como Zelda en 64 y algunos otros títulos de SNES.

Una crítica concurrente entre los declarados «videojugadores genuinos» y a los que consideran como simples mortales son la diferencia entre el amor y pasión a los videojuegos e incluso apreciacion del arte dentro de los mismos y como los segundos simplemente lo ven como otro hobbie o pretexto para entretenerse. Los primeros aseguran que un buen videojuego debe contar con una historia que sumerja al jugador lo suficiente para apreciar este como algo más que un programa de entretenimiento. Aquellos que juegan títulos como Call of Duty, FIFA, Grand Theft Auto y otros títulos «AAA» suelen ser rebajados a n00bs.

Lo cierto es que mucha de la generación actual videojugadora simplemente usa lo que tiene a la mano, juega lo que el mercado le vende, no es tan sencillo como con la música o las películas. Uno puede simplemente comprarse un disco (o descargarselo) y escucharlo o ver una película hecha hace 40 años en un formato moderno con un dispositivo actual, no sucede lo mismo con los videojuegos. Estos últimos suelen estar creados para plataformas mas anticuadas y lo que sucede es que, a diferencia de la música o de las películas, un videojuego es una pieza electrónica de software que requiere interacción mas compleja con el dispositivo, es decir, no puedo tomar un cartucho del viejo NES y simplemente jugarlo en un Play Station 4 o un XBox One.

Y precisamente la razón por la cual es más sencillo que una persona contemporánea, joven de edad, adquiera gusto por discos musicales y títulos de películas clásicas más fácilmente. Remasterizar música y video es relativamente sencillo, «portar» un videojuego a nuevas plataformas no lo es.

Podría decir que me considero parte de los videojugadores que prefieren las buenas historias a unos gráficos que me dejen con la boca abierta. Me intriga más una buena ambientación en un videojuego que la facilidad de jugarlo en línea con otras personas. Y no es precisamente porque sea un hipster o melancólico, es porque afortunadamente me tocó crecer con títulos así.

Cuando comencé a jugar videojuegos por voluntad propia fue cuando tuve acceso a una computadora. Si bien mi hermano mayor y yo tuvimos la fortuna de tener consolas desde muy pequeños, nunca me volví «vicioso«. Tampoco solía gastarme el poco dinero extra que tenía en las maquinitas, nunca existió un enamoramiento de mi parte hacia los videojuegos de consolas, pero eso cambió conforme pude jugar en una computadora ya que ahí los juegos solían ser mucho más desarrollados, con historias más ricas, extensas, mapas mejor diseñados y detallados, ambientación, soundtrack, etc. La experiencia simplemente era abismal comparado a las consolas.

Uno de estos juegos que me cautivó fue Grim Fandando. Videojuego que casualmente será relanzado el día de hoy remasterizado. Un juego que se desarrolló hace casi 20 años por Lucasarts, casa desarrolladora de videojuegos del corporativo de George Lucas, ya inexistente por cierto, y que ahora es parte de los derechos de autor de Disney toda vez que esta última adquirió los derechos de mucho de lo que Lucas había creado con anterioridad.

El videojuego cuenta la trama de Manny Calavera, un personaje en el mundo de los muertos, muy al estilo de la reciente película «The Book Of Life«, pero en videojuego. Este, además de contar con una historia que envuelve y una ambientación «noir», toma elementos de películas de antaño como «Casablanca» y «El halcón maltés«, todos por cierto, considerados clásicos del cine.

Es obvio que Disney sabe crear clásicos y tiene suficiente talento para crear nuevo material, sin embargo, como menciona el artículo que citaba al principio, pareciera que Disney, y muchas otras empresas se han quedado sin ideas y simplemente pretenden retornar a fórmulas probadas o bien comprar los derechos de productos de incluso otras industrias (como Grim Fandango) para generar ganancias, vivir de los refritos pues.

Creo que si bien en parte lo que busca Disney y otras empresas «reiniciando franquicias» es generar dinero, también el hecho de poder distribuir este material considerado clásico, a nuevas generaciones, es una buena jugada.

Tal como se ha estado desempolvando viejos títulos de cine y relanzando con éxito también se está trayendo clásicos de los videojuegos a aquellos que, como yo con algunos discos musicales, ni siquiera habían nacido. Para mi es algo positivo y definitivamente como consumidor me alegra la noticia.

Como dicen por ahí, «Los clásicos nunca pasarán de moda»

Extra:

Además de haber sido remasterizado, Grim Fandango puede ser comprado desde Steam para plataformas Mac y Linux!

Publicado enCiencia y TecnologíaGeneral

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